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miércoles, 29 de mayo de 2013

Y que mejor que intentar expresar lo que realmente sientes mediante palabras, cuando ya no sabes que decir, que sentir, como terminar, como seguir, como afrontar, solo te queda escribir.

Juguemos apostando.

Que la vida es corta, lo sabemos todos. Que quien no arriesga no gana, nos lo han repetido muchas veces. Entonces ¿por qué existe esa cobardía?, ¿por qué nos mostramos cobardes?. El miedo de perder, de que no salgan las cosas tál y como esperamos, de hacernos daño.. pero es injusto para nosotros, tenemos que vivir con todas las consecuencias, aprender de los errores, no arrepentirnos de decisiones que nunca se pusieron en práctica, porque esas decisiones pueden llegar lejos, todo lo lejos que nos propongamos... Pero si no damos el paso, si no lo intentamos, nos quedaremos eternamente con la duda.. ¿Por qué no intentarlo?, prefiero arriesgar, exponerme a sufrir y tener la oportunidad de ganar; a mostrarme cobarde, quedarme de brazos cruzados y preguntarme que hubiera pasado... Entonces ahí ya habré perdido...

Vista al pasado.

Y de recordar no me canso, echo la vista atrás, y me doy cuenta de que encantaría guardar los buenos momentos en un cajón; cada sonrisa, cada gesto, cada mirada, cada detalle, cada hora, cada minuto, cada segundo, que se hacen presentes en un lugar, una foto, una canción, un objeto... Siempre acompañados de un protagonista, una persona que se ha hecho un hueco en ti, pequeño o grande, pero que consigue permanecer ahí todo lo que le permita el tiempo.
Abrir ese cajón para poder revivirlo otra vez más.
Pero luego me doy cuenta de que son recuerdos, que no existe un cajón donde pueda guardar tal esencia, que por mucho que quiera mantenerlo, un día serán sustituidos por otros más recientes, que me vuelvan a sacar esa sonrisa al intentar revivirlos, al intentar recordarlos.
Ya sabes que la vida nos enseña que nada es eterno.