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domingo, 13 de febrero de 2011

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Cuando de repente te sientes sin fuerzas para nada, sales a la calle por ellos, y sonries como si nada, un segundo de tu vida se detiene en el tiempo, y es justamente en ese segundo cuando te das cuenta de que de repente todo se puede ir a la mierda en cuestión de segundos y a la mínima...



Sin saber qué hacer ni a quién acudir comienzas a darle vueltas a tu cabeza intentando encontrar una solución que por otro lado no consigues ni con todo el esfuerzo de ti misma...



Mientras todo esto pasa te da tiempo a pensar que ya nada de lo que antes tenía sentido lo tiene ahora porque simplemente tú no se lo encuentras.



Te sientes peor persona y lo peor de todo es que no sabes porqué porque en realidad no has hecho nada, simplemente has dejado que todo fluya como si nada, pero el problema es que ya nada de lo que antes fluía fluye ahora, o por lo menos no lo sientes así...



Asíque sin pensarlo dos veces te levantas de la silla en la que estás sentada frente al ordenador y decides plantarte en la calle con los auriculares del móvil puestos y un camino que de momento no tiene rumbo.



Caminas entre las calles de tu ciudad observando mil momentos de la gente distintos, piensas en lo que puede estar pasando por sus cabezas en ese preciso momento pero no lo logras averiguar, caminas un poquito más, pero sigues encontrándote miles de escenas distintas a cada paso que das, tú miras a tu izquierda y después a tu derecha pero lo único que logras ver es espacio, ese espacio que en ese momento nadie ocupa. Vuelves a mirar al frente como si en realidad te diera lo mismo ir caminando sola, pero minutos más tarde una lágrima se deja ver acariciando tu rostro...



Vuelves a casa pero sin ganas de nada, asique decides meterte en la cama para descansar, pero lo único que consigues es seguir pensando en eso que no tienes y que quizá nunca vayas a tener...

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