Vistas de página en total

lunes, 11 de abril de 2011

:)

Te miro, me miras. Te aproximas lentamente a mi boca que, por instinto, se entreabre y nuestras lenguas juguetean. Recorres con tu mano mi espalda, como si contases mis vértebras con una sensualidad infinita, y siento un fuego invisible que se enciende, que me envuelve y que me quema. Tu olor me embriaga como un dulce vino y me siento poseída por esa pasión desenfrenada que me impulsa sin remedio a entregarme a ti, a que me hagas tuya. Es entonces cuando dejo de ser yo, cuando nos fundimos el uno en el otro, y todo lo que nos rodea se desvanece. Es entonces cuando nuestros cuerpos se entregan a la danza del amor con ese ritmo coordinado como los violines de una orquesta. Y juntos llegamos a lo más alto, allá donde las almas se tocan, y yacemos después entrelazados, exhaustos, respirándonos el uno al otro. Contigo me siento completa. Y escuchando cómo late tu corazón duermo ya, duermo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario